lunes, 26 de octubre de 2015

Visca la República Catalana

  • Carme Forcadell, elegida Presidenta del Parlament

77 votos. Esta es la cifra que ha obtenido la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en su votación para encabezar la Cámara catalana durante la próxima legislatura –que no es lo mismo que durante los cuatro próximos años–. Forcadell ha recibido los apoyos de la lista por la que fue de número 2 en las últimas elecciones, Junts pel Sí, de la CUP y de cinco diputados de Catalunya Si Que Es Pot.

Pero este nombramiento era lo previsible –tanto que el resto de partidos ni se han molestado en presentar otro candidato–. Lo interesante llegaba con su discurso de investidura, con las primeras palabras de la mujer que va a moderar los duros debates que se van a celebrar a partir de ahora en el Parlament de Catalunya

Porque claro que Forcadell tiene unas ideas políticas. Claro que ha obtenido el puesto por formar parte de la lista que ganó las elecciones. Pero su papel va a ser muy importante en una legislatura vital para todos los catalanes. ¿No debería presidir la cámara alguien más imparcial?
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Porque su objetivo de "trabajar para que Cataluña deje de tener un parlamento regional" no es muy neutral. ¿Su visión de que "el Parlament quiere representar a un pueblo libre" interferirá cuando tenga que representar a los votantes no independentistas? ¿Los diputados de Ciudadanos, del PSC o del PP encontrarán a un árbitro o a un rival en la mujer que ha lanzado vivas al "pueblo soberano" y a la República Catalana? 

Lo siguiente que habría que preguntarse es si esta táctica de colocar al amiguete de árbitro se lleva a cabo también en otros lugares. Bueno, la vicepresidenta del Congreso de los Diputados es Celia Villalobos. Una mujer que solo se ha salido de la línea de su partido para criticar la Ley del Aborto de Gallardón, proyecto que ni siquiera se llevó a cabo. Famosa por gritarle a su chófer cual esclavo y por jugar al Candy Crush en mitad de una sesión parlamentaria. Los presidentes del Congreso y del Senado son otros dos dirigentes históricos del PP. Igual que cuando gobernó el PSOE se colocó a miembros del PSOE.


¿Se imaginan que el Rey Felipe VI apoyase públicamente a Ciudadanos para el 20D? ¿Se imaginan que declarase que su voto irá dirigido a Rajoy o a Sánchez? No, porque el Jefe del Estado representa a todos los ciudadanos. Entonces, ¿por qué los presidentes de los parlamentos tienen esas vinculaciones con los partidos que están en el Ejecutivo? 

Su labor es dirigir los debates y hacer cumplir el reglamento –que por cierto, no estaría de más revisar los espectáculos que se montan en la cámara–. Si tuviese que afearle la conducta al presidente del partido que más tarda decidirá ponerle en una lista electoral o no, ¿lo haría? ¿Los partidos nuevos que lleguen al Congreso están por la labor de cambiar esta situación?  

jueves, 22 de octubre de 2015

5 razones por las que las próximas elecciones serán diferentes

  • La legislatura termina y comienza la precampaña


Esta es la décima vez que se disuelve el Congreso de los Diputados. Es el primer paso hacia las siguientes elecciones generales. Sin embargo, ¿no tenemos la sensación de que nos encontramos ante una situación completamente diferente? ¿No percibimos que la política ha cambiado en estos últimos cuatro años?


Lo que empezó como una crisis económica derivó en una crisis institucional y en otra política. Aún no hemos sido capaces de resolver ninguna de ellas. Porque aún tenemos un paro desbordado –26.807 personas perdieron su empleo enseptiembre–, unos  escandalosos casos de corrupción que golpean al bipartidismo y una confianza agotada en el sistema –según Reuters, el 72% de los españoles quiere cambiar laConstitución–. Es en este escenario en el que se celebrarán unas elecciones diferentes. Diferentes por estas razones:

1. Ya no habrá mayorías absolutas

Eso terminó. La política del rodillo por la que un Gobierno puede hacer lo que le venga en gana porque su partido tiene mayoría absoluta en las cámaras ha muerto. En un sistema de cuatro partidos, nadie vence y nadie es derrotado. Solo podrá gobernar el menos odiado, es decir, el que sea capaz de llegar a acuerdos con el resto.


2. Habrá que hacer pactos

Y no estamos acostumbrados a ello. Lo más parecido a verdaderos pactos postelectorales al estilo de Dinamarca, donde las coaliciones son de hasta cinco partidos, fueron los pactos del Majestic que hicieron a Aznar presidente en 1996. Pero la situación en 2015 es diferente. Nadie quiere pactar con nadie y solo Ciudadanos parece capaz de coaligarse con más de un partido. En un Parlamento fragmentado, la gobernabilidad será algo muy difícil de alcanzar.


3. Podrá ganar otro partido que no sea ni el PP ni el PSOE

Y es que ahora mismo a las encuestas no les gusta el morado o el naranja, pero no debemos olvidar que, hasta el mes de Mayo, Metroscopia preveía que Podemos sería el partido más votado en unas elecciones generales. Por otra parte, Ciudadanos se beneficia de su resultado en las elecciones catalanas y parte con ventaja para estos últimos meses de 2015.

Fuente: El País

4. Esta será la campaña electoral más dura en años

Con estas expectativas, un escaño más o un escaño menos va a ser vital para todos los partidos. Por primera vez, que la número dos de la lista por Zamora o el número tres por Palencia salga electo o no determinará quién será el próximo presidente del Gobierno. Veremos zarpazos y dentelladas, misteriosas filtraciones y vídeos electorales por doquier. Y no solo durante la campaña electoral. Esta carrera ya ha comenzado.


5. ¿Cómo se comportará la ley electoral?

Nuestro sistema para elegir a sus señorías se diseñó en un momento muy concreto: la Transición. Para los protagonistas de este momento histórico, el país necesitaba estabilidad. Eso se lograría con, por un lado, dos partidos políticos fuertes que se alternasen el poder y, por el otro, otorgando poder a los nacionalismos. Esta es la razón por la que partidos nacionalistas como CIU o el PNV obtienen muchos más escaños que UPyD o IU con muchos menos votos. Sin embargo, en un escenario en el que los votos de la mayoría de los españoles se distribuyan entre cuatro partidos, ¿cómo se comportará nuestra ley electoral? ¿Se obtendrán más escaños con menos votos? Es una incógnita,  este escenario es inédito en nuestra democracia. Estamos en el camino hacia una nueva democracia.

lunes, 19 de octubre de 2015

Esto es nueva política

Debate en Salvados entre Albert Rivera y Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, el hombre con más posibilidades de acabar como Presidente del Gobierno en el pasado enero y el que quedaría en cuarta posición el 20D según las ultimas encuestas, espera en un hotel de Barcelona. Espera a Albert Rivera, capitán de una de las fuerzas minoritarias del Parlament de Catalunya hace unos años y el líder mejor valorado del país ahora. 

Curiosamente, es otro hombre que ha mutado con el tiempo el que les reúne. El follonero, en los tiempos en los que Andreu Buenafuente conseguía espectaculares datos de audiencia, Jordi  Évole, considerado como uno de los mejores periodistas de España hoy.

Los dos líderes comparten coche hasta su encuentro con el periodista –movimiento muy bien medido y pensado por el programa–. Caminan por la calle y se paran a hablar con los sorprendidos transeúntes. Entran en un bar y piden un café. "Por no pactar, no hemos pactado ni dónde os sentáis", dice Évole cuando llegan a la mesa. Pero los dos toman un asiento con total naturalidad. 

¿A que sería ridículo verles peleándose por decidir quién se sienta a la derecha y quién a la izquierda? ¿No nos reiríamos si les viésemos pedir una silla más alta o reducir la iluminación del bar? Pues esta es la situación que se ha venido dando hasta ahora en los debates electorales. Encuentros en los que los partidos pactan los temas, la duración, el escenario, la posición, los turnos... Todo bien atado para alcanzar unos productos televisivos tan soporíferos que cuesta entender cómo eran vistos por alguien en todo el país. El debate de ayer fue visto por más de cinco millones de personas.

Pero llegó la crisis económica y, tras ella, la crisis institucional y la política, como afirma Pepa Bueno. Ahora la corrupción no nos da igual. Ahora el fraude a Hacienda no nos da igual –excepto si el que lo comete es un futbolista–. Ahora la política no nos da igual. Los programas televisivos sobre política obtienen millones de espectadores y la participación en las últimas elecciones catalanas fue histórica. Porque el eslogan de Podemos es cierto: si no haces política, te la hacen a ti.

Ahora tenemos a nuestros políticos mucho más vigilados. Y eso no solo implica que no sean corruptos. También tienen que rendir cuentas ante la ciudadanía y el defender su proyecto frente al del contrario, es una forma de hacerlo. Es algo que, desde ahora, exigimos y debe ser cumplido. No solo entre los líderes de los cuatro grandes partidos. Yo quiero ver otros debates. ¿Por qué no un debate entre Jorge Fernandez Díaz e Íñigo Errejón? ¿Inés Arrimadas y Pablo Echenique? ¿Susana Díaz y Andrea Levy? ¿Cristóbal Montoro y Juan Carlos Monedero? Este último molaría mucho. No estamos tan lejos de esta situación. El debate Margallo-Junqueras fue un ejemplo. Esto es nueva política. Esto ya es la nueva política.

viernes, 16 de octubre de 2015

Temporada de fichajes 2015

  • Irene Lozano deja UPyD y se presentará por el PSOE

Cuando la periodista Carmen Moraga le pregunta a Irene Lozano cuáles son sus motivos para trabajar ahora para el PSOE, la diputada madrileña responde con un contundente “porque me ha llamado Pedro Sánchez”.

Los tiempos en los que una persona se afiliaba a un partido por sus ideas han terminado. Esta situación tiene su parte mala y su parte buena. Por un lado, el diputado o la diputada que se cambia de partido puede transmitir la imagen de que no tiene muy claros sus ideales y que, por tanto, no sabrá defenderlos bien —la situación empeora cuando se trata de luchar por los principios del partido y no solo por los propios—.
Fuente: El Confidencial

Sin embargo, la libertad de poder cambiar de posición acaba con la imagen de obediencia canina a los designios de los dirigentes del partido, de vivir con la cabeza gacha y sin libertad individual para decidir qué puedes pensar. El “tú estás aquí para pulsar el botón del sí o el del no, pero no puedes decidir cuál” se está agotando.

Apartando las numerosos declaraciones de Irene Lozano criticando al PSOE —la labor de Maldita Hemeroteca es impresionante—, ¿es posible que siga trabajando, de la misma forma que lo ha hecho hasta ahora, en su búsqueda de la “regeneración democrática” estando en el PSOE y no en UPyD? Y si es así, ¿cuál es la diferencia entre estar en un partido o en otro? ¿Si le hubiese llamado Mariano Rajoy o Alberto Garzón en lugar de Pedro Sánchez, habría aceptado igualmente?




Este es el segundo fichaje de los socialistas tras la incorporación de la comandante Zaida Cantera —que, por cierto, consiguió llevar su caso de acoso al Congreso gracias a Irene Lozano y, por el camino, dar fama nacional a la diputada—. Para el acomodo de la militar en la lista electoral por Madrid, ya fueron necesarias operaciones quirúrgicas que no molestasen en exceso al PSM. Lo mismo ocurrió con Eduardo Madina. Lozano es madrileña, por lo que, en caso de presentarse por esta circunscripción, podría ocupar el puesto número ocho, según El Español. Esto desplazaría a Ángeles Álvarez, que ya era la socialista madrileña más adelantada en la lista —por delante de ella están una catalana, Meritxell Batet, una castellano-manchega, Luz Rodríguez, y la comandante Cantera, que es independiente—.

La federación socialista de Madrid es una de las más convulsas del país, como hemos podido ver en sus primarias. Entre la estrategia de fichajes de Pedro Sánchez que, de manera inevitable, desplaza a miembros históricos del partido a los puestos más bajos, y la pérdida de escaños que se espera, la batalla por mantenerse en el Congreso está más caliente que nunca.


Como siempre, todo dependerá de qué ocurra el día de las elecciones. Si el PSOE consigue los suficientes escaños como para alcanzar la Presidencia, la estrategia de fichajes será tildada de éxito. En caso contrario… bueno. En caso contrario, prepárense para ver una buena carnicería.

domingo, 11 de octubre de 2015

La importancia de irse

  • Dimite la secretaria general de Podemos en Cataluña

Gemma Ubasart, la hasta hace bien poco lideresa de la formación morada en Cataluña, entendía su puesto como “un compromiso militante por un período corto de tiempo”. Y, efectivamente, ha sido corto. Ocho meses, para ser exactos. 

¿La razón de su marcha? No le gustó la campaña que se llevó a cabo para las elecciones catalanas. Esas elecciones en las que aspiraban a superar al PSC y en las que acabaron obteniendo dos escaños menos que ICV en 2012

Fuente: noticiasdenavarra.com
Desde luego, algo mal se hizo en esta campaña y Ubasart, como cabeza del partido, ha sabido aceptarlo y renunciar a su puesto. Una decisión difícil ya que, si bien a ella le correspondía la responsabilidad por su cargo, es cierto que las decisiones se las tomaron otros.

Ese ha sido el punto que ha criticado Ubasart. La participación, o más bien el método utilizado, de los líderes nacionales del partido. Iglesias, Errejón, Echenique… Todos se involucraron en la campaña. Puede que demasiado. El propio Pablo Iglesias reconoce que la situación en Cataluña es diferente al resto de España y, en consecuencia, la política que se desarrolle en este territorio también debe ser distinta. Entonces, ¿por qué llevar como cabezas de cartel a madrileños o aragoneses? Para Ubasart, esta estrategia llevó a Catalunya Si que es Pot a la “marginalidad del unionismo” —por cierto, me encanta esta expresión— y, en consecuencia, a ser la antepenúltima fuerza del Parlament empatando en escaños con el PP.
Fuente: eldiario.es

Y yo me pregunto: ¿dónde hemos visto una situación así antes? Un partido de izquierdas que obtiene unos resultados mediocres por culpa de otro que juega en su mismo territorio, por culpa de otro que quiere acabar con el PP. Las elecciones municipales del 24M ofrecieron unos resultados paralelos en las grandes capitales, aunque en esta ocasión el damnificado fue el PSOE y el beneficiado fue Podemos —es increíble ver cómo ha cambiado la situación en cuatro meses—. 

Sin embargo, además del color de la derrota, hay otra diferencia: la respuesta a dicho descalabro. Antonio Miguel Carmona, Joan Calabuig, Carlos Pérez Anadón, Jaume Collboni… Todos siguen en su puesto a pesar de que han hundido a su partido en sus respectivos territorios.


Es más, cuando la nueva dirección del Partido Socialista de Madrid echó a Carmona de la portavocía de los socialistas en el consistorio madrileño, su reacción fue de cabreo y resentimiento. Llamando a la venganza y a la rebelión. En lugar de haber dimitido la misma noche electoral se aferró al asiento clavando las uñas. ¿Este es el cambio del PSOE? ¿Este es su abandono de la vieja política? Si Pedro Sánchez quiere alcanzar la Moncloa, parece que le quedan muchos dinosaurios a los que destruir.

jueves, 8 de octubre de 2015

La política de los focos

  • Sáenz de Santamaría, en El Hormiguero

Vale que Pablo Motos no es Ana Pastor. Vale que la credibilidad de El Hormiguero no es la de Salvados. Pero, ¿acaso buscan serlo? ¿Acaso Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno, busca someterse a una entrevista periodística con rigor y profesionalidad yendo al programa de Antena 3?

Ni lo uno, ni lo otro. Ni sería saludable para el juego democrático que los políticos solo fueran a programas como El Hormiguero, ni sería natural que viésemos a nuestros representantes como extraterrestres de una galaxia muy muy lejana, incapaces de empatizar con nuestro lado humano y encerrados en su trabajo. Los políticos son personas. Es cierto que no son simples personas, de sus actos dependemos todos y cargan con una gran responsabilidad. Pero, al fin y al cabo, son como tú y como yo. No viven en el Congreso. Tienen vida personal más allá de Moncloa. Y no está mal ver ese lado de vez en cuando.



Más vídeos en Antena3

La intervención de Santamaría en El Hormiguero no fue brillante, si bien la ministra consiguió mostrarse combativa y capaz. Bailes, perros maltratados, chistes sobre sus compañeros de Ejecutivo… ¿Populista? Sus contrincantes la tacharán de serlo. Pedro Sánchez fue acusado de lo mismo cuando fue a ese programa. Pero, amigos, vivimos en 2015, estamos constantemente pegados a una pantalla. Televisores, tablets, móviles… Es imposible escapar. ¿Cómo no va aprovecharlo la política? ¿Cómo no va a usarse ese canal para atraer votos a un partido o a otro? ¿Hay alguna diferencia entre acudir a El Hormiguero y debatir en La Sexta Noche?

¿Quién ha visto un debate del Congreso entero? Es más, ¿quién es capaz de ver un debate del Congreso entero? Tan solo el Debate sobre el Estado de la Nación obtiene algo de repercusión y es gracias a los descalificativos y ataques que se arrojan de un escaño a otro. ¿Cuántas visitas ha recibido el vídeo de la vicepresidenta bailando Uptown Funk? Más de 300.000. En un día.



Más vídeos en Antena3

La espectacularización de la política, así la llama Alberto Garzón, no es, en sí misma, una mala cosa. Ayuda a transmitir los mensajes —licuados, es cierto— al gran público, desata pasiones entre los espectadores por sus ideas e informa sobre la actualidad política. Claro que sería más enriquecedor intelectualmente un debate calmado y con un verdadero trasfondo en el que se debatiesen ideas y no rostros. Pero, ¿no es más saludable que millones de personas tengan acceso a la política en un formato digestible a que unos pocos eruditos alimenten su ego con un debate en prime time?


El verdadero beneficio de Santamaría no es su mensaje, ya que apenas logró transmitirlo, sino la apertura del Partido Popular a la política de los focos, a la política para masas. Porque la participación de los populares en este juego, lo enriquece. Ahora, por fin, tenemos al rival delante y, aunque nos lastime, es mucho más divertido pelear contra alguien que pelear solo.

domingo, 4 de octubre de 2015

Listos y listas

  • Los partidos políticos eligen a sus candidatos para el Congreso

El número de partidos políticos relevantes en España ha aumentado, pero los escaños del Congreso de los Diputados siguen siendo los mismos: 350. 350 asientos que deberán ser repartidos, según parece, entre cuatro grandes partidos nacionales y varios grupos nacionalistas más pequeños. Pero, ¿hay sitio para todos?

Según varios medios como El Huffington Post, ABC, El Confidencial o InfoLibre, los políticos con más problemas para montar este puzzle serían Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy.
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Iglesias se enfrenta a un grave problema: cómo incluir a gente de fuera en unas listas para las que ya se han hecho primarias. Los diferentes candidatos del partido morado se posicionaron en puestos superiores o inferiores en función de los votos que recibieron —una votación cuestionable ya que solo votaron el 15,8% de los militantes—. 

Pongamos como ejemplo Madrid. El equipo de Pablo Iglesias para esta comunidad tiene 9 nombres, es decir, una cuarta parte de los 36 escaños madrileños en el Congreso. Si entre el PP y el PSOE se llevasen, aproximadamente, la mitad de los escaños, Podemos e IU —o la marca bajo la que se presente— competirán entre sí y contra Ciudadanos por la otra mitad. Colocar a una persona más en la lista morada implicaría que otra, avalada por la militancia, tenga que ver peligrar su puesto. Y, entonces, ¿para qué se celebraron las primarias?
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Por otro lado, Pedro Sánchez también batalla por colocar a los nombres de su gusto en el Parlamento. En el caso de los socialistas, deben afrontar un problema que no tenían anteriormente: las listas cremallera. Hombre-mujer-hombre-mujer. Mujer-hombre-mujer-hombre. Sin excepciones. Esto provoca varios quebraderos de cabeza, como la provincia por la que presentar al rival Eduardo Madina. Patxi López, uno de los posibles ministros en la Administración Sánchez, ocupa ahora su circunscripción natal: Bizkaia. Madina se tendría que conformar con la tercera posición, puesto que es casi imposible obtener hoy por hoy. 

Tras proponerle provincias como Álava o, según ABC, Sevilla, gracias a su amistad con Susana Díaz, el diputado vasco pidió acomodo en Madrid. Sánchez ha acabado cediendo, en detrimento de Manuel de la Rocha, hombre al que quería en su gobierno. La imagen de unidad es más importante que las personas, según parece. Este movimiento no ha sentado nada bien en el PSM, que también se queja por la incorporación de la catalana Meritxell Batet como número dos y de la mediática excomandante Zaida Cantera como número seis. ¿Qué dirá de todo esto Irene Lozano, la diputada de UPyD que se dejó la piel en ayudar a la militar en su caso de acoso?
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Por último, Mariano Rajoy afronta la inevitable pérdida de escaños que se avecina al mismo tiempo que debe alojar a nuevos altos cargos del PP, dirigentes territoriales, nuevos ministros y secretarios de Estado. Pero no olvidemos el Rajoy Style. Que nadie se espere ninguna información hasta que se convoquen las elecciones porque no la va a obtener. Para Mariano, los problemas se acaban pasando solos y, mientras tanto, la ciudadanía debe permanecer ciega y sorda.


Con lo sencillo que resultaría realizar primarias limpias y honradas y dejar que cada cual se gane con su trabajo su puesto en el Congreso, ¿nadie va a emplear este sistema? Los caminos para alcanzar el poder son oscuros y pedregosos. Nadie está dispuesto a ceder ni un centímetro del territorio que ha conquistado durante años. Sin embargo, los ciudadanos van a realizar una extensa limpieza este 20D. Y lo peor es que solo sobrevivirán los dinosaurios políticos que más terreno le quitaron al compañero, los gladiadores con más manchas de sangre.